Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

 El Sr. Ministro de ESTADO (Sagasta): A consecuencia de la indicación del Sr. Presidente del Consejo de Ministros a que S.S. ha hecho referencia, y a las indicaciones hechas por el Gobierno de la revolución de Septiembre a su representante en los Estados-Unidos, se propuso, con el consentimiento del Gobierno español, por el Ministro de Estado de los Estados-Unidos, una conferencia de los representantes de esas repúblicas en los Estados-Unidos y del representante español. El Gobierno español, deseoso como el que más de que reinase la paz, y no sólo la paz, sino la amistad más íntima entre la España y aquella república, ha hecho todo lo posible, dentro de los límites del decoro y la dignidad de la nación, para que esas relaciones se estrechen; y yo puedo decir al Sr. Carrascón que todos deseamos, no sólo el establecer bases para la paz entre España y esas repúblicas, sino también aquellas que tiendan a asegurar las relaciones más estrechas por medio de convenios literarios, por medio de tratados comerciales, y por fin, adoptar todas la medidas que puedan hacer de aquellas repúblicas y España, no pueblos amigos, sino pueblos hermanos, como hijos de una misma madre.

Persuadido el Gobierno del importante papel que está reservado a España por su situación geográfica respecto de aquellas repúblicas, que un día debe ser el representante, o mejor dicho, el intermediario, el mediador entre el viejo y el nuevo continente, está dispuesto el Gobierno a hacer todo lo que pueda, dentro de los límites del decoro de la Nación, para estar en paz con aquellas repúblicas y para establecer las relaciones más cariñosas y fraternales. No puedo decir más a S.S., pues precisamente en estos momentos se está disponiendo la conferencia que ha de dar, por lo pronto, la paz con aquellas repúblicas, y por consecuencia de esto, los tratados y convenios de amistad que debe haber entre España y aquellas repúblicas.